Los niños ya no son los inocentes que nos decían verdades, y
las personas ya no dicen la verdad ni borrachas. Hablamos más mentiras que
palabras sinceras, y ocultamos las mentiras con mentiras más rastreras. La
falsedad domina este mundo, las nuevas tecnologías llevan un te quiero de
serie, para que lo dispares automáticamente a la gente que quieres tener en tu
mano, utilizarla y luego olvidarte de ella. Todo se mueve por el interés y ya
no cuesta trabajo conseguir colegas, lo difícil ahora es encontrar amigos,
amigos que estén dispuesto a tener mojado su hombro cuando tu estés mal. Porque
ya no es el más popular quien conseguía tener más taazos sin repetir, ni quien
tenía los mejores lápices de colores, ahora tienes que tener las bragas bajadas
antes de que tengas cadera para subírtelas sin pañal. Ahora tienes que tragar
humo cuanto antes para poder ser uno más. Ya no hay nadie dispuesto hacer nada
porque “sí” porque hasta las personas altruistas que lo hacen, es para poder
sentirse bien consigo mismo y que el karma les devuelva el favor.
¿Y tú? ¿Cuándo fue la última vez que dijiste algo sincero y
sin guión? Somos la película en rodaje
de algún productor novato e ignorante.
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