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31 de diciembre de 2012

Mala Costumbre.

Tenemos la mala costumbre de querer mandarlo todo al carajo cuando algo no sale como esperábamos. De desear acabar con todo de un plumazo, de sentirnos mal con nosotros mismos. No nos paramos a pensar ni a valorar lo que tenemos ni queremos concienciarnos de que todo tiene solución menos la muerte. No se puede tapar el sol con dos dedos al igual que un día gris no nos puede arruinar la vida. Que Dios aprieta pero no ahoga. La vida consta de vaivenes  incesantes, bruscos y sorprendentes. Es por eso por lo que no debemos abatirnos en ninguna circunstancia por muy estrepitosa que se nos presente. 

Tenemos la mala costumbre de buscar la felicidad, y estamos tan ocupados en ello, que no nos damos cuenta que es el camino que recorres el que te hace feliz, que no son las personas que intentas buscar sino las que encuentras las que realmente nos hacen dichosos.


Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre.