Suspiro en los confines del averno en el que me han obligado a estar,
como yo, otros tantos de miles de millones de personas se sienten igual por todo el mundo
nadie sabe a que se expone, a la batalla que vamos a librar.
Nunca hubo un rival invisible al que no se pudiera hacer frente
es como una compañía de Centurión,
arrasa y conquista todo lo que tiene en mente.
Comenzó en pleno oriente su maldición,
no deja suspiro alguno entre cada nación
no entiende de fronteras ni de religión.
Sin embargo, este enemigo tiene algo diferente,
Aunque vino a destruirnos nos obliga a ser más valientes
a tener el coraje que olvidamos continuamente.
En tres meses de su existencia,
ahora ha llegado a nuestro hogar con vehemencia.
No nos obliga a batallar
quiere que nos quedemos en la sombra
ya que solo tenemos que apoyar
a los guerreros elegidos que nos defienden y nos honran.
Llegó el rival invisible para pararnos la vida
para valorar lo efímero que es un segundo
para recordar que todo pasa, que de todo hay salida
para querer más y más profundo.
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