Los
buenos nunca harán nada malo, ni los malos harán nada bueno. Los inteligentes
jamás pueden fallar y los tontos no pueden ser brillantes. Los guapos nunca serán
feos y los feos no podrán ser guapos. Los gordos no pueden adelgazar y los
canijos no pueden engordar. Los simpáticos no pueden ser ariscos, los ariscos
no pueden ser simpáticos. Los que tienen
gafas no se las pueden quitar y los que no las tienen, no se las pondrán. Los
que beben una vez y se emborrachan ya son borrachos de por vida y los sanos
siempre serán los aburridos. Los que fuman jamás lo dejarán y los que no fuman
es in ocurrente que puedan empezar. Los indecentes no serán decentes y los
decentes no pueden ser indecentes. Los responsables no harán locuras y los
irresponsables no pueden sentar la cabeza. Las que tienen una noche loca serán
guarras y las que no mojigatas. Los que tienen una noche loca serán machos y
los que no pajilleros.
Y
sin más rodeos, lo que quiero decir, es que la primera impresión, lo primero
que hagas, te marcará de por vida, ya que a pesar del avance somos tan retrasados
que, según los actos que hagamos en algún momento de nuestra vida, te pondrán
etiqueta y hagas lo que hagas, no te la podrás quitar jamás.